El fantasma llevaba mucho tiempo muerto, después de recibir infinidad de puñaladas en el corazón. Se pasaba los días vagando por las calles sin un lugar donde habitar. Desde hace algún tiempo, sus amigos, vestidos de luto, lo acompañan los fines de semana en busca de un espacio para su descanso en paz. Así, recorren discotecas y bares, pues estos son buenos lugares para penar. Un sábado, como cualquier otro, mientras pedía una cerveza, como cualquier otra, el fantasma levantó la mirada y sintió que había encontrado un buen lugar para sus apariciones. En ese instante: volvió a la vida.
Martes 5AM
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Me encantaría decir que he abierto este blog en pos de mi quehacer
poético. Pero no es así.
Soy una artista en rehabilitación y quienes estén a mi alred...
Ya era hora??
ResponderEliminarYa era hora de qué?
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