sábado, 3 de abril de 2010

Elisa dibujaba también (tan bien)


Al entrar a la galería, lo abordó la certeza de estar en el cielo. Una mujer, muy cerca de él, no dejaba de fumar. La había visto antes, tal vez en la televisión. Se acercó a ella, formó parte de la multitud que admiraba la belleza estática de la mujer. Usó todos sus argumentos: esa noche ella ya lo acompañaba en su cuarto, colgada en la pared, fumando y con el cabello al sol y al viento.
TITO.
Pdt: No conseguí una mejor foto del dibujo que inspiró este cuento breve. Esta foto quizá sea muy egocentrista, pero es la mejor que encontré.

3 comentarios:

  1. Me gusta, aunque todavía no entiendo lo de los argumentos. Creo que Elisa seguirá buscando la respuesta (sin intención de encontrarla en verdad).
    Cuidate :)

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  2. El encanto "blue,blue,blue" lo atrapó .

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  3. Imagino que los argumentos establecidos oscilan entre la capacidad para adquirir cierto poder económico que te permita comprar el elemento estético.

    Aunque también podría ser toda la parafernalia que tendrías que usar para ultrajarte -solemne, privilegiada y honestamente- el ejemplar.

    Podrías también jugar a detener el tiempo, entrar cuando todos estén paralizados y llevarte el ejemplar (o quedarte a contemplarlo ahí).

    Se lo puedes pedir a alguien y no devolverlo jamás...

    O puedes quedarte en tu casa tratando de escribir un relato en el que nos cuentas cómo la obtuviste...

    Tantos argumentos... pocas validaciones...

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